viernes, 28 de diciembre de 2012

El amargo sabor del azúcar


   Querid@s lectores:  Último viernes del año de mi habitual 'busca y captura de libros cubanos'.
No podía faltar a esta cita; yo no quería, pero yendo hacia el trabajo me he cruzado con una librería y ¡claro! no he podido evitar entrar, y ¿qué ha pasado? ...que un libro cubano ha salido a mi encuentro.
Creía que el anterior iba a ser el último del 2012, pero hoy es mi último día de trabajo de este año, así que es muy posible que, el que expongo a continuación, si sea el último libro del año... pero, tiene pocas páginas y pinta muy interesante; siendo así es muy probable que lo lea y...   ...   ... ¡¿será posible quedando dos días para concluir el año que encuentre otro libro cubano?! ¿Ustedes que creen?
  En todo caso, nos vemos por aquí cualquier día :-) Mientras tanto tengan a bien ver la ficha bibliográfica de este feliz hallazgo; para poder decirles aún una vez más: ¡¡Pasen y lean!!

EL AMARGO SABOR DEL AZÚCAR
Recuerdos de Cuba (1956-1960)
Sarah Álvarez de Miranda

Editorial Biblioteca Nueva
Madrid, España 2010
ISBN: 078-84-9940-105-8
94 páginas.


-Sinopsis-


En El amargo sabor del azúcar, Sarah Álvarez de Miranda nos muestra, como en sus obras anteriores, una versión lúcida de los hechos que ha vivido. En este caso, se trata de sus experiencias en La Habana que precedió a la Revolución castrista, a la que había llegado, según sus propias palabras, "cuando un sí matrimonial me llevó a ella como nos lleva el viento del destino, hojas nosotros mismos en el gran árbol de la vida". Relata cómo la revolución se fragúo lenta pero inexorablemente a la sombra de una sociedad que sólo demasiado tarde se percataría de sus errores, que vivía lúdicamente en la periferia de las cosas, y en la cual los problemas menores cobraban visos de tragedia, como cuando dos damas acudieron a la misma fiesta con idénticos vestidos...

Revisten especial interés los capítulos en que nos habla de su encuentro con Fidel y con el Che, o de su amistad con Julio Lobo, el rey del azúcar. Son datos frescos, llenos de vida, y no fósiles sacados asépticamente de las hemerotecas. También hay que destacar el cariño con que nos habla del pueblo llano, de su cubanía y su inmensa alegría de vivir, característica de la que también participaba la alta sociedad, en buena parte debido a la embriagadora geografía de la isla. A la tolerancia de los de ariba respondía el descaro de los de abajo, quitando hierro al antagonismo clasista.

Estamos ante un libro atípico y ante el cual es difícil quedar indiferente. Sarah Álvarez de Miranda nos deja ver cómo las cosas, los hechos tienen más de una mirada.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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