domingo, 20 de noviembre de 2016

El fin del "Homo sovieticus"






   Querid@s lectores/as:    Para empezar la semana con una lectura dolorosa pero necesaria, me propongo 'atacar' este gran libro, que sin ser cubano tiene mucho que ver con el desarrollo de ese otro inútil y cruel experimento social con el cual en Cuba unos históricos personajes delirantes trataron de inventar un utópico ser denominado "hombre nuevo"; consiguiendo con ello  -como único fin notable-  destrozar una prometedora sociedad en pleno desarrollo y hundirla en el más absoluto abismo de la ruina moral y económica que hoy se conoce como República de Cuba.
   Confío en que la magna obra de Svetlana Aleksiévich, a través de una polifonía de voces de los damnificados, llevándome a una inmersión en plena tragedia soviética, me ayudará a comprender en cierto modo el drama cubano. Entre otras, con esta intención lo leo; mientras espero y desespero por la llegada de una (¿aún lejana?) perestroika cubana.
   Si quieren acompañarme en este tortuoso camino, ya saben:  ¡¡Pasen y lean!!

EL FIN DEL HOMO SOVIÉTICUS
Svetlana Aleksiévich

Publicado por:
Acantilado
Quaderns Crema S.A.
Barcelona, España.
Primera edición: diciembre de 2015
Tercera reimpresión: febrero de 2016
ISBN: 978-84-16011-84-1
643 páginas.


-De la contracubierta del libro-


Con la sola ayuda de una grabadora y una pluma, Svetlana Aleksiévich se empeña en mantener viva la memoria de la tragedia que fue la URSS, en narrar las microhistorias de una gran utopía. «El comunismo se propuso la insensatez de transformar al hombre “antiguo”, al viejo Adán. Y lo consiguió […].
   En setenta y pocos años, el laboratorio del marxismo-leninismo creó un singular tipo de hombre: el "Homo sovieticus», condenado a desaparecer con la implosión de la URSS.

En este magnífico réquiem, la autora reinventa una forma literaria polifónica muy singular que le permite dar voz a cientos de damnificados: a los humillados y a los ofendidos, a madres deportadas con sus hijos, a estalinistas irredentos a pesar del Gulag, a entusiastas de la perestroika anonadados ante el triunfo del capitalismo, a ciudadanos que plantan cara a la instauración de nuevas dictaduras…

Un texto extraordinario por su sencillez, que describe de un modo conmovedor la sobrecogedora condición humana.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser duro es el único modo de ser libre.

       José Martí
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