viernes, 1 de marzo de 2019

El mercenario que coleccionaba obras de arte




Queridos lectores/as:  Aquí me tienen una vez más, fiel a mi cita de la 'busca y captura de libros cubanos de los viernes'. Aunque, a decir verdad tal hecho se produce de una manera aleatoria; si bien es verdad que los incorporo a esta "biblioteca/blog" a efectos de clasificación y muchas veces me los procuro el citado día con tal de proporcionarme un feliz fin de semana lector, no en todas las ocasiones son aquí expuestos en orden estricto de lectura. La presente novela por ejemplo, aun correspondiendo a esta semana su lectura, la inicie el lunes y la terminé el miércoles. Este hecho ya nos da una buena pista sobre la recomendación de su lectura.
   Se trata de uno de esos libros que obedece al tópico, en este caso muy cierto, de que su lectura te atrapa desde las primeras líneas y ya no tienes para cuando dejarlo, motivándote a leerlo de un tirón. Eso es lo que me sucedió a mi frente a tan entretenida aventura, por tanto y tras dejar hablar a las [voces autorizadas] en las presentaciones de la contracubierta y las solapas del libro (que lo harán mejor que yo), les invito a que lo vean.
   Un relato valiente y decidido  -por parte de alguien que vive en Cuba-  donde Wendy Guerra no se corta, no se autocensura, para llamar a las cosas por su nombre, poniendo los puntos sobre las íes, el dedo sobre la llaga de esos resbaladizos asuntos llamados "revolución", "contrarrevolución", "guerrilla" y todo lo que hay detrás...
    Insisto, no se lo pierdan ¡¡Pasen y lean!!

EL MERCENARIO QUE COLECCIONABA OBRAS DE ARTE
Wendy Guerra

Editorial Alfaguara
Narrativa Hispánica
Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
Barcelona, España
Primera edición: febrero de 2019
ISBN: 978-84-204-3472-8
374 páginas.

-De la contracubierta del libro-

   El carismático mercenario que narra esta historia es un personaje real bajo el seudónimo de Adrián Falcón, aunque a lo largo de los años usó otros como El Parse, Garfio, Strelkinov… Tierno y diabólico, tiene ahora sesenta y tantos años y ha sobrevivido con peculiar sentido del humor a su compleja vida: perseguido en Estados Unidos y varios países latinoamericanos por terrorismo, fue pieza clave de casos tan escandalosos como el Irán-Contra, y operó con los cárteles colombianos para financiar acciones contrarrevolucionarias.  Considerándose un "luchador por la libertad", actuó contra el mando de la Unión Soviética, el sandinismo y Fidel Castro.

   Aunque en su momento fue blanco del FBI, termina sus días de combate convertido en un condottiero de la CIA y descreído de todo. El desencanto hace que decida luchar por su destino y encuentre una aliada en Valentina, a la que conoce en París y con quien comienza una relación de intereses; a su modo, ella es también una superviviente mercenaria.

   Esta obra ofrece un punto de referencia a quienes se preguntan por los enemigos que enfrentaron las izquierdas latinoamericanas y es producto de entrevistas con Falcón y de la revisión de archivos que llevó a cabo Wendy Guerra, hija del idealismo guerrillero que ha saltado la tapia para mirar del otro lado.

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-Opiniones procedentes de la solapa del libro-

   "Como todo lo que escribe, y de hecho como la autora misma, esta es una novela original, fresca, provocadora y de lectura compulsiva."

               Jon Lee Anderson

   "[Los libros de Wendy Guerra] son un poderoso retrato generacional de los incómodos nietos de la revolución. Tienen la misma estrella de lo prohibido, y lo prohibido naturalmente lleva más luz aunque también más sufrimiento."

               L. Santiago Méndez Alpizar, El País

   "En lo que parece ser un momento crucial en la historia de Cuba, Wendy Guerra está llamada a ser la novelista de esa metamorfosis que devendrá, como muchos lo deseamos, en algo a la vez tan difícil y tan humilde como una democracia".

               Christopher Domínguez Michael, Letras Libres
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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