domingo, 5 de enero de 2020

Chivo que rompe tambó. Cocina criminal cubana





Queridos lectores/as: Aquí les traigo la conclusión de la triple entrega de esta semana a cargo del mismo autor  -Lorenzo Lunar-, que en esta ocasión nos deleitará con un muy peculiar recetario de cocina. Aunque está escrito en un lenguaje ameno y en momentos hasta humorístico, yo no puedo evitar entristecerme al pensar a fondo en la temática central: la cocina cubana. Lo siento, me duele pensar en una tierra (en mi familia, en mi gente) donde pueden faltar en un momento dado: el café, un simple puré de tomate, la carne de puerco, etc.  -¡¡en pleno siglo XXI!!- Y siendo así, se me hace muy difícil recrearme en un recetario de cocina cubana. Disculpenme. Traten de olvidar este dolor. Pasen página. Vale la pena. ¡¡Pasen y lean!!

CHIVO QUE ROMPE TAMBÓ
COCINA CRIMINAL CUBANA
Lorenzo Lunar

Edición: DECO Mc Pherson S.A.
Miami FL EE.UU.
138 páginas.

-De la contracubierta del libro-

   En este sugerente texto de Lorenzo Lunar Chivo que rompe tambó. Cocina criminal cubana se despiertan todas las nostalgias agazapadas. Además de ese renacer en el que se ponderan platos deliciosos criolllos, su autor lo matiza con un humor muy cubano, tan cubano como Lorenzo Lunar. 
   Allí encontrará el lector los platos de las épocas de las "vacas gordas" en Cuba, las no tan gordas y los inventos de nuestras familias en tiempos tan oscuros para la tradición culinaria cubana y otras esferas sociales como lo fue el Período Especial.
   No encontrará usted recetas con proporciones exactas como en los libros de la Villapol, sino la voz de un cubano de a pie cocinando a ojo de buen cubero, que es como se cocina casi siempre (y con lo que aparece) en Cuba, regalando intrusiones como si conversara en una parada o en la cola del pan. 
Su autor, con charla amena, nos remite a aquellas fiestas improvisadas a las que iban llegando miembros de la familia, algún que otro vecino "pegao" y amigos que andaban de paso y "caían" por sorpresa y eran recibidos igual que si hubieran sido invitados.

   Disfruten pues de este recetario inverosímil combinado con anécdotas muy cubanas, llenas de remembranzas, y las historias de un periodista al que cada uno de nosotros podría ofrecerle su propio testimonio lleno de sabor a Cuba.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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