jueves, 25 de febrero de 2010

EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS (IV)

Un artículo de referencia:
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Leonardo Padura insta a buscar "una nueva utopía social y política" de la mano de Trotski y la literatura de Chandler

Sevilla, 1 Oct. (EUROPA PRESS)


El escritor cubano Leonardo Padura insta en su nueva novela, 'El hombre que amaba a los perros' (Tusquets), a la búsqueda de "una nueva utopía social y política" para cambiar el mundo a través de la aproximación de la figura de Leon Trotski y de la literatura de Raymond Chandler.

En una entrevista concedida a Europa Press, Padura indicó que el personaje principal trata de "descubrir a Trotski desde el desconocimiento". El protagonista, un cubano nacido en los años 50 del siglo XX y educado en la revolución, accedió a la universidad "en tiempos de ortodoxia comunista" en el país isleño.

En este sentido, añadió que la figura de Trotski de los años 70 del siglo pasado al que tiene un primer acceso Iván tras las conversaciones iniciales con el hombre que amaba a los perros, que resultaría ser Ramón Mercader --asesino del ideólogo comunista-- era "la encarnación del demonio anticomunista".

A medida que Iván va conociendo al verdugo tiene la necesidad de saber de la víctima, a través de quien comprenderá la figura de Trotski. Padura subrayó que "no se trata de un santo como lo presentan algunos, pero si un hombre que filosóficamente trató de hacer una aplicación más inteligente y creativa del marxismo que Stalin".

De esta manera, el autor de las novelas policiacas del detective Mario Conde confesó que pretende que la lectura del libro sea "contemporánea" y se produzca "una comunicación que refleje lo que el mundo de hoy necesita".

Al hilo de esto, afirmó que "el mundo urge cambios y su país de origen mucho y urgente", pero para ello es preciso una conciencia de que se ha llegado a "un punto de no retorno" en la economía, las relaciones sociales, culturales, religiosas, la ecología o el uso de la energía e instó a "una posición de escucha al otro".

Con las necesidades de cambio como punto de partida, Padura abogó por "refundar una utopía, qué y cómo, lo desconoce", pues como él mismo dijo, "no es un filósofo, sólo un escritor que a través de una historia realiza una fabulación para llegar a una reflexión elemental en relación con la proporción del problema del mundo".

HOMENAJE A CHANDLER

Confesó que hay una clave fundamental que refleja las relaciones de su obra con la producción de Raymond Chandler como es el título, 'El hombre que amaba a los perros', usado ya por el escritor estadounidense y que Padura consideró "signiticativo para otorgar sentido a las tres historias que se narran en una novela tan política a través de un elemento tan humano como es la relación entre el hombre con los animales, en este caso con los perros".

Pero además, destacó que existe un aprendizaje a lo largo de años de lectura de la obra de Chandler para lograr que exista una comunicación entre la historia y los lectores, para que observen "la reflexión filosófica, histórica y existencial que se ofrece a través de una estructura y lenguaje atractivo".

Entre las propuestas conceptuales de la obra, Padura resaltó la referente a la utopía socialista, cuyo punto de "no retorno" se produce con el asesinato de Trotski, "un crimen por el crimen", donde un estado está pendiente de un hombre que "no significaba nada, pues el trotskismo no era una corriente importante". Apostilló que el ideólogo comunista tenía algo que preocupaba el poder, "la inteligencia", de ahí el simbolismo de morir con un golpe en la cabeza, "lo que tenía de valor", dijo.

Igual que la muerte Trotski pudo cambiar el mundo, el autor recoge en la novela, que se promociona hoy en Sevilla, tres momentos que pudo cambiar el rumbo de la historia, como fueron "la revolución proletaria en la Guerra Civil española, la unión entre la izquierda y el centro en Alemania para evitar la llegada al poder de Hitler y que Stalin evitó o si en el año 1924 tras la muerte de Lenin, en lugar de Stalin hubiese sido Trotski quien subiera al poder". Concluyó que de "haber sido posible alguno de estos acontecimientos, la historia hubiera cambiado".

CUBA Y EL MUNDO, OBAMA Y CUBA

Licenciado en filología por la Universidad de La Habana, Padura indicó que su país necesita cambios internos "urgentes", pero siempre relacionados con los globales. "Lo primero es revertir la situación económica para posibilitar que las personas puedan vivir con su trabajo con dignidad y terminar con el desgaste social de una crisis económica de más de 20 años y que está perdiendo la inteligencia de la generación de los 70 y 80 por la emigración", manifestó. Además, abogó por que "determinados elementos de participación democráticos en Cuba dejen de ser formales y se conviertan en reales".

Pendiente del exterior, Cuba ha vivido de manera especial la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, aunque, según el escritor, "lamentablemente éste apenas ha recolocado las cosas al nivel en el que se encontraban con la Administración Clinton". Si bien, aseguró que "se atisban cambios en cosas elementales como el correo directo entre ambos países, que puede significar el principio del gran cambio". Al mismo, tiempo reconoció que el presidente estadounidense "ha rebajado la tensión que existió en las relaciones existentes con Bush".

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Ser culto es el único modo de ser libre. Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
J. Martí

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