miércoles, 1 de agosto de 2012

El tiburón vegetariano


 Querid@s lectores/as:  Cuando aún estoy bajo los benéficos efectos de la lectura de un libro del mismo autor; ha llegado mágicamente a mis manos este derroche de elegante sentido del humor, este depurado estilo que nos muestra a un autor con una notable prosa inteligente, en forma de deliciosa novela.
 Confieso que no conocía a tan magistral autor, así que estaba como la mayoría de los editores, críticos y expertos en literatura cubana... ¡¡desinformado!!
 ¡¡¿¿Cómo es posible que un escritor de la calidad -técnica y humana- de Juan Arcocha  haya pasado desapercibido tanto tiempo??!!
En fin, no es momento ahora de maledicencias, sino más bien de celebrar este maravilloso hallazgo, para poder recomendarles fervientemente... ¡¡pasen y lean!!
Solo lamento que esta sea su última novela.

[Este libro ha llegado a mis manos a través de un amigo de las Letras Cubanas, de un maestro.]


 Gracias a la editorial Verbum por su publicación... a la que animo desde aquí a reeditar la obra completa de este autor.

EL TIBURÓN VEGETARIANO
O ESE AMOR IMAGINADO
Juan Arcocha

Editorial Verbum
Madrid, España. 2010
184 páginas

-De la contracubierta del libro-

 Pocos autores cubanos tan poco clasificables como Juan Arcocha; pocas novelas cubanas tan insólitas como El tiburón vegetariano o ese amor imaginado. En apariencia, salvo la cubanidad indiscutible del autor, se diría que no posee referencia directa con Cuba, que no parece (o no quiere), indagar sobre lo que ahora nos obsesiona: la situación y la historia de Cuba, la injusticia y la condenación de su historia, pasada y reciente.
 Esta enigmática novela, relata una intriga que tiene lugar en una Ginebra desdibujada, una ciudad que no importa demasiado, y en la que se mueven raros y civilizados personajes que vienen de Alemania, Argentina o Suiza, y donde un antropólogo, Claude Dumoulin, propone un seminario de exploración e integración de las vidas anteriores, y trabaja con el Tarot de Marsella y con la psique. Ese efectivo ambiente de misterio y regresiones, de búsquedas, miedos, pérdidas y encuentros, sirve a Arcocha para desarrollar su peculiar e irónica visión del mundo.  Un eficacísimo sentido del humor, casi un sarcasmo, elegante eso si, que nunca cae en la simpleza, y que revela la imaginación, la inteligencia y la fervorosa moralidad de un escritor de la estirpe de Virgilio Piñera. Porque Juan Arcocha es, en efecto, un moralista. De gran estilo, se entiende. Un moralista a la manera de Piñera, que es quizá la manera heredada de Baudelaire.
 Sus razonadas preocupaciones van más allá de cualquier contingencia. Su prosa limpia y cuidada prefiere dejar a un lado lo superfluo y centrarse, indagar en destino hermético del hombre.

 El tiburón vegetariano o ese amor imaginado es, más que una excelente novela, una pieza extraña, una rareza que viene a enriquecer, desde París, la amplia y diversa tradición literaria de la Isla.

       Abilio Estévez
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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