sábado, 12 de febrero de 2022

Nuestra hambre en La Habana

 




   Queridos lectores/as:  Aquí estoy, con un libro muy querido y muy esperado. Unas memorias trazadas a partir de recuerdos personales,  de aquella época en que esa cosa llamada revolución cubana en su arte en el manejo de la falacia dio en nombrar Periodo Especial, que es el apelativo que los dirigentes de Aquello le adjudicaron a ese innombrable periodo de hambruna y carencias de bienes de consumo imprescindibles de todo tipo (incluidos la ropa, el transporte, el fluido eléctrico, etc. etc.).
   Aquí les muestro mi particular visión del índice con la intención de llamar la atención de los lectores:

   Una vuelta por el Cementerio de Colón y sus tumbas "secretas" / Heroicos recorridos cotidianos en las bicicletas chinas / Un breve paso por una escuela / ¡Qué no falte la 'pipa' de cerveza! / El hambre... y los recuerdos... de las comidas /  (A lo largo de la obra se dan curiosas pinceladas a Quientusabes) / Un trabajito en un caduco museo que caducó / Una idílica y bondadosa  -por su gente-  excursión a Baracoa / Hambre para qué... si hay Juegos Panamericanos / No puede faltar un pequeño recorrido por la Habana Vieja / Conocemos el interior de un policía secreto... ¡solavaya! / robos y Robos / Recuerdos del viejo... un homenaje a todos los buenos padres / Pasando a un respetuoso recuerdo al abuelo / ¡Ay, la moral y las leyes! / El Bobo casi censurado / Entre apagones y alumbrones / Volviendo al cementerio... / Hambre de cine y cine con hambre / Escritor escribiendo, pero publicando... / Barbarie revolucionaria, el fin de la civilización / ¡Oh, los extranjeros! / ¿Elecciones, para qué? / Los restaurantes también se van / Imaginemos... / El alcohol como anestésico social / ¡$ Ay, el dinero$! / La clave es: irse / Triste barbarie gratuita / Fugándose / Penosos números / ¿"Aguantísmo"? ¿Resignación? No; sometimiento por miedo / El remolcador y + / Pequeñas maniobras subversivas o por lo menos irreverentes / Inolvidable Maleconazo / Una inusitada visita a Camagüey / Balsas liberadas... / Se acerca el final: la aduana / 


   Y llegamos al epílogo, donde seguramente nos quedaremos con ganas de seguir leyendo a Enrique del Risco, que acaba de ofrecernos  -en un pleno conocimiento de Aquello-  estas magistrales Memorias del hambre repletas de ingenio, tituladas ingeniosamente Nuestra hambre en La Habana.
   Así que ya saben lo que tienen que hacer. (Ya puedo asegurar, sin lugar a dudas que este será uno de 'mis mejores libros cubanos leídos en 2022). Se lo recomiendo fervientemente:  ¡¡Pasen y lean!!


NUESTRA HAMBRE EN LA HABANA
-Memorias del Periodo Especial en la Cuba de los 90-
Enrique Del Risco

"Cuando pasa hambre te sientes increíblemente humillado. Lo mismo cuando no se te permite decir lo que piensas".

          Mircea Cartarescu

Plataforma Editorial
Barcelona, España
Primera edición: febrero de 2022
ISBN: 978-84-18927-34-8
333 páginas.

-De la contracubierta del libro-

   Este libro narra las memorias personales de esa posguerra que en Cuba recibió el curioso nombre, en clave eufemística, de Periodo Especial. En un registro tragicómico el autor nos sumerge en los infiernos de la debacle económica, social, política e ideológica del país insular, y analiza las estrategias contraculturales que adoptó la juventud cubana tras la disolución del bloque soviético a inicios de los años noventa del pasado siglo. Nuestra hambre en La Habana es un apasionante recorrido por las duras y enriquecedoras experiencias personales de alguien que trabajó en una escuela, un museo, un cementerio, mientras trataba de ser joven, libre y feliz en el peor momento de la historia de su país.

   "La ciudad vacía y oscura y nosotros pedaleando. Y rezando porque las "dificultades de todos conocidas" no obligaran a suspender la función de esa noche. Para no regresar a casa con el estómago vacío y el espíritu igualmente en blanco. Surcando la ciudad oscura y desolada a lomos de la bicicleta, con un machete en la mano para que pudiera verlo quien tuviera intención de asaltarnos. Las bicicletas eran el oro de aquellos años. Como todo lo que sirviera para moverse, emborracharse, bañarse o llenarse el estómago.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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