miércoles, 1 de mayo de 2019

El Curso Délfico y confluencias musicales de José Lezama Lima




Queridos lectores/as:  Hoy 1º de mayo, Día del Trabajador, he elegido quedarme 'trabajando' en mi biblioteca cubana, y dicho placentero 'trabajo' ha consistido en la lectura de este breve pero sustancioso libro que paso a recomendarles a continuación, donde Manuel Pereira y Arsenio Rodríguez Quintana nos acercan  -mano a mano-  al maestro Lezama Lima . ¿Quieren uds. compartir estas enseñanzas? Disfrútenlas: ¡¡Pasen y lean!!

Comentario añadido:  Participar en una conversación con Manuel Pereira es una de las experiencias vitales, literarias y humanas más enriquecedoras que he podido disfrutar, y la lectura de este libro ha venido ha recordármelo gratamente. Gracias maestro por esas amenas e inolvidables lecciones de vida.

EL CURSO DÉLFICO
Y CONFLUENCIAS MUSICALES
DE JOSÉ LEZAMA LIMA
Manuel Pereira
Arsenio Rodríguez Quintana

Ediciones Muntaner
Barcelona, España
ISBN: 9781091919532
Impreso en Amazon
102 páginas.

-De la contracubierta del libro-

   La puerta se entreabrió y asomaron las greñas de una anciana. Era Baldomera, nodriza de Lezama con cuyo nombre alterado (Baldovina) empieza Paradiso . "Joseíto está durmiendo la siesta", y añadió: "¿Es de la parte de quién? Se me ocurrió decir: "Dígale que vino a verlo un joven poeta". Entonces, desde el fondo de la casa, brotó una voz grave, jadeante: "Si es un joven poeta, déjelo pasar".
   Baldomera casi hizo una reverencia indicándome un sillón en la pequeña sala señoreada por el retrato de Lezama firmado por Arche. Había otros cuadros: un gallo de Mariano, un Victor Manuel, un Portocarrero. De la pared colgaba una bandeja de plata con dos lebreles. Sobre un mueble, la mayólica representando una limosnera argelina, Lao Tsé cabalgando un búfalo de jade y un busto de Martí en bronce. Me dediqué a mirar el piso de mosaicos decorados con motivos vegetales que se hundían hacia el centro, donde flotaba una mesita con un cenicero de cristal que Lezama  -contento de su mentira-  siempre dijo que era de Murano.
   Al rato escuché unos pasos, y vi una silueta corpulenta que avanzaba por un pasillo en penumbra mientras se reía haca adentro, marcando las pausas del asma. "¡Con que un joven poeta!"  -exclamó burlón hundiendo su humanidad en el sillón que estaba frente a mí.

          (Fragmento de El Curso Délfico de Manuel Pereira)
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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