sábado, 7 de noviembre de 2015

Vivencias





   Querid@s lectores/as:  Este es uno de esos libros que, desvelando las páginas más ocultas y ciertamente dolorosas de la Historia de Cuba, nos muestra  -a base de testimonios personales-  parte esencial de nuestra historia, el camino sangrante del presidio político; lo que conviene que conozcan a fondo las nuevas generaciones de cubanos, con tal de que no vuelva a repetirse.
   Así que, a los estudiosos del tema, les digo: ¡¡Pasen y lean!!

VIVENCIAS
Iliana Curra

ISBN-13: 978-1495936975
ISBN-10: 149593697X
(Sin más datos editoriales)
168 páginas.

-Extracto del prólogo-
[A cargo de Ninoska Pérez Castellón]

   Conocí a Iliana Curra en la década de los noventa. Ella vivía en una Habana convulsa, yo en Miami, la capital del satanizado exilio cubano. Jamás nos habíamos visto, pero nos unía el hilo telefónico y un magistral instrumento para dar voz a los amordazados creado por Jorge Más Canosa, el cual me dio el privilegio de dirigir: La "Voz de la Fundación". Más curioso aún, a pesar de venir de dos mundos diametralmente opuestos, nos unían ideales y la compartida convicción de una lucha desigual, pero ineludible.

   Iliana, nacida el fatídico año que triunfó la revolución, no conoció otro mundo que el de la pañoleta y la ideología impuesta. El de la autocensura, sembrada en la mente del pueblo cubano con las herramientas de un sistema totalitario foráneo, impuesto a los cubanos al costo de la venta de la soberanía del país.  A pesar de no haber conocido la libertad, sabía perfectamente con que hilos mágicos se tejía.  Para ella, el mecanismo para encontrarla fue fácil.  Cuando a un ser humano se le imponen cadenas, hace lo que tantos otros han hecho a lo largo de la historia:  se rebela.

   Así lo hozo esta joven mujer, sin ayuda económica, sin directrices que no fueran otras que las osadas metas que se imponían los integrantes de una naciente oposición compuesta por los hijos de la revolución.  Valientes hombres y mujeres dispuestos a pagar el precio de una lucha desigual contra un poderoso y despiadado estado.  Para una tiranía, aquellos que rompen el silencio y se dan a la tarea de develarla, pagan un alto precio.  El crimen de Iliana "contra el Estado" no fue poner bombas y acudir a la violencia con la que llegaron los hermanos Castro al poder, fue transmitir denuncias por la "radio enemiga", repartir proclamas, llevar a un pueblo sumido en la desesperanza, la certeza de que es posible romper cadenas y soñar con ser libres.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
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