viernes, 29 de mayo de 2020

Los inmorales (novela de Carlos Loveira)


29 de septiembre de 1882 / 26 de noviembre de 1928 (46 años)

Queridos lectores/as:  En este año en que se conmemora el centenario de la publicación de la novela Generales y Doctores de Carlos Loveira, me he propuesto rendirle un merecido homenaje plasmado en esta "Biblioteca/blog" una serie histórica dando referencia del resto de su notable obra. Si bien Generales y Doctores fue sin lugar a dudas la más célebre, creo que su obra novelística bien merece nuestra atención, desde la primera hasta la última; y a ello voy a dedicar sucesivos posts.

 [Gracias a estas notas rescatadas de Internet]:

   Publicó su primera novela Los inmorales en 1919, y se dedicó desde entonces a escribir. Trabajó con febril actividad, como en un vértigo de producción. Llegó a escribir cuatro novelas más: Generales y Doctores (1920), Los ciegos (1922), La última lección (1924), y Juan Criollo (1927); además de varios informes técnicos, cuentos, ensayos y una comedia que no llegó a publicar.  Al morir, dejó sin terminar un libro de cuentos.  Fue elegido miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, y de la Academia Cubana Correspondiente de la Española.

[No dispongo de información relevante de la contracubierta del libro, por lo que paso a transcribir la siguiente sustanciosa nota extraida de Internet]:

   Marcelo Pogolotti escribió sobre la novela Los inmorales de Carlos Loveira:  "Al quedarse cesante Jacinto, se agravan sus dificultades domesticas al par que las económicas. Su mujer no se hace cargo del verdadero motivo de la desgracia ocurrida, ensanchándose así la distancia que los separa, abierta ya por toda clase de divergencias de criterio, motivadas por un gran desnivel cultural y las supersticiones que embargan a la esposa.
   La situación, antes más llevadera por la falta de problemas pecuniarios y mitigada por las ausencias impuestas por la índole del trabajo del maquinista, se hace intolerable. El marido acaba por encontrar la anhelada comprensión en Elena, dominada por las mismas preocupaciones intelectuales que él, y casa asimismo con una persona que no le es afín. Ambos resuelven unirse y marcharán a Panamá con el dinero que brindan generosamente al maquinista sus compañeros, en virtud de esa "francmasonería", así denominada por el autor, entonces existente entre los ferroviarios, que tenía más de hermandad que de gremial, y que en la república de ahora está estrictamente codificado bajo el rotulo de subsidios sindicales.
   Las vicisitudes de la pareja en sus andanzas por la América del Sur constituye el alto precio de su acoplamiento ilegal y permite al autor hacer una defensa del divorcio. Atisbos de la angustiosa cuanto precaria existencia de los familiares de Elena, constituyen una argumentación de por sí convincente.

   Loveira presenta al marido como amo, que se vale de sus prerrogativas de padre para tiranizar a los suyos, abofeteando e injuriando a sus hijas con las palabras más soeces so pretexto de salvar su moral, siendo el mismo un vicioso. La mujer se somete con resignación, en la creencia de que así cumple con su deber. Los hijos viven oprimidos y "educados" por ese padre ignorante, incapaz de ganarse el sustento con su oficio de carpintero.
   El novelista revela también con extraordinaria agudeza de observación, las vejaciones a que estás sujetas en Cuba las mujeres pobre, incluso por parte de sus iguales de clase, e ilustra vívidamente el calvario del débil , si falto de protección, o de la mujer sola, especialmente cuando viajaba, en los primeros lustros de la república. Al propio tiempo ridiculiza a los legisladores que votan contra el divorcio pero busca placeres extramatrimoniales.
------------------------------------------------------------------------

(Edición de referencia: Sociedad Editorial Cuba Contemporánea,
 La Habana, 1919)
___________________________________________________

Por ahora, pasen y lean esta edición de la primera novela del autor, reproducción escaneada de la edición original de 1919 de:

LOS INMORALES
Carlos Loveira

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.

       José Martí
____________________________________________
____________________________________________
  

No hay comentarios: