sábado, 19 de octubre de 2013
MOJITOS
Querid@s lectores/as: No solo de lecturas vive este bibliotecario. Esta semana a falta de novedades, pues los libros cubanos siguen extinguidos en las librerías de mi ciudad, he decidido tomarme un reconfortante traguito ¡¡y que mejor para ello que un refrescante mojito!! Así que, si ustedes gustan, acompáñenme en esta visita.
¡¡Pasen y beban!!
MOJITOS
30 combinaciones de un clásico.
Angela García (textos y recetas
Hans Geel (fotos)
Santillana Ediciones Generales
El País. Aguilar.
Primera edición, octubre 2013
Madrid, España.
63 páginas.
Es un delicioso recetario que nos muestra treinta variaciones del clásico mojito, en fáciles y entendibles recetas ilustradas por preciosas fotografías.
Quizá ustedes se preguntan como es posible que hayan tantos mojitos, y la respuesta es clara: Mojito solo hay uno, a todas las demás variaciones pueden llamárseles como se quiera, pero ya no son mojitos. De todas formas tampoco podemos hablar del mojito autentico, ya que sin apartarse de la composición básica puede perfectamente variar ligeramente las proporciones a gusto del consumidor, sin caer en fundamentalismos cocteleros.
A riesgo de que algunos críticos puristas consideren un sacrilegio mi propuesta, ahí va mi receta:
Componentes:
- Limas o limones
- Ron blanco seco
- Azúcar
- Hierbabuena o menta
- Hielo troceado
- Soda, sifón o agua con gas
...y ahora vienen las arriesgadas proposiciones: Si no tiene lima se puede preparar con limón. Una vez mezclado con el resto de componentes la diferencia no será tan notable.
El ron si, debe ser blanco y seco, si no ya no es mojito, es otra cosa.
Azúcar blanco, se podría hacer con azúcar moreno -cuestión de gustos- pero el mojito de verdad debe prepararse con azúcar blanco.
¿Hierbabuena o Menta? Otra carga contra los fanáticos: Da lo mismo. Preferiblemente con hierbabuena -por su aroma más fresco y sutil- pero no es imprescindible y puede sustituirse tranquilamente por menta.
El hielo, troceado, es decir ni muy picado ni con los cubitos enteros.
Un inciso para el tipo de vaso: Al gusto del consumidor, eso si siempre vaso de cristal. Para mi gusto, por lo práctico de la preparación y lo cómodo de la degustación es preferible el vaso corto y ancho al vaso de tubo.
Las proporciones:
Aquí si empieza la guerra contra los fundamentalistas. He oído un sin fin de medidas con añadidos insólitos, pero aún respetando el gusto del consumidor, hay propuestas que a mi me parecen indignas de un buen mojito; por ejemplo: ¡la misma cantidad de ron que de agua con gas! ¡¿Pero eso qué es, que horror, y la lima o el limón -que es una de las bases de este cocktail dónde lo dejamos?!
Ahí va mi propuesta, de éxito seguro: olvídense de las medidas, decilitros, centilitros y todo eso. Póngaselo mucho más fácil: Mitad de ron y mitad de zumo de lima o limón -variando la proporción a gusto del consumidor- lo mismo que con la cantidad de azúcar.
La lima o el limón es imprescindible que sea natural.
La hierbabuena (o menta) siempre fresca y natural, machacaremos -sin triturarlos- unos tallos junto a las hojas, para que suelten el aroma, en el fondo del vaso. Hay quien los deja, pero yo recomiendo retirarlos (para evitar obstáculos indeseables en el momento de la bebida) y acompañar más tarde, en lo alto del vaso, con un brote de hojas tiernas.
Se sirve la mezcla sobre el hielo troceado, se mezcla bien y se le añade un dedito de soda en el último centímetro para llenar el vaso y ya está ¡¡a disfrutar de un buen mojito!!
"My mojito en la Bodeguita y my daiquiri en el Floridita"
...o desmontando viejos mitos:
"No, no, Hemingway nunca fue cliente de La Bodeguita, puedes estar seguro de eso", dijo una vez Ángel Martínez, antiguo propietario y fundador de la Bodeguita del Medio.
"Estuvo una sola vez, eso de que venía por aquí es algo inventado, para promoción", dijo haciendo un gesto de despreocupación con la mano, como restándole importancia a la historia.
"Hemingway vino a verme para que le ayudara a conseguir una marca de wisky que le gustaba mucho a Errol Flyn, y que yo importaba desde EE UU. Luego le hice una visita de cortesía, después nos vimos a lo mejor un par de veces más, pero no, no iba a la Bodeguita".
[Extraido de un artículo de Alberto Sánchez para El Nuevo Herald 18-07-2012]
La creación de la célebre frase "My mojito en la Bodeguita, my daiquiri en el Floridita", se le adjudica a un periodista de la época, llamado Fernando G. Campoamor, otro de los que después negó varias veces que Hemingway frecuentara el lugar.
Definitivamente, las visitas de Ernest Hemingway a la Bodeguita del Medio son una leyenda urbana.
Diversos testigos en tiempo y lugar corroboran estos testimonios.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.
José Martí
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