jueves, 25 de febrero de 2010

LOS FUNERALES DE CASTRO (I)


Los funerales de Castro (I)
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¡¡¿Bonito título, eh?!!

Querid@s lectores/as: Gracias a Desco me acabo de enterar de la exixtencia de este libro. No se como me ha pasado desapercibido... y eso que no paro -casi a diario- de recorrer las principales librerías de mi ciudad, en busca de novedades, en cuanto a 'libros cubanos' se refiere.
Parece ser que este está recien editado y quizá las distribuidoras aún no han tenido tiempo de regarlo por mis librerías habituales.

[¡Ah! ya se por que. Acabo de leer por ahí que la fecha de publicación será el 4 de junio]


En la espera de tenerlo en mis manos, les pongo aquí la referencia bibliográfica:

LOS FUNERALES DE CASTRO
Vicente Botín

Ediorial Ariel, 2009.
464 páginas


Cuatro años en Cuba como corresponsal de Televisión Española deberían ser suficientes para agotar mi capacidad de asombro. Pero no ha sido así. Cuba, como la pipa de Magritte, no es una isla, es la imagen de una isla. Hay que vivir en Cuba para saber cómo es la vida cotidiana, para entender que hay dos situaciones, una real y otra virtual, y que los cubanos habitan ambas a la vez sin estar locos, como dice el bolero de Richard Danenberg.

Cuba no es el mundo feliz que reflejan los medios de comunicación ni las penurias de sus ciudadanos son consecuencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos, país que, paradójicamente, se ha convertido en el principal suministrador de alimentos a la isla, antaño exportadora. En Cuba hay una realidad que es necesario mostrar y que se refleja en Los funerales de Castro, un libro fruto del contacto directo con los cubanos y de una rigurosa investigación, con documentación muy difícil de conseguir y, sobre todo, conservar, por la estrecha vigilancia que ejerce la seguridad del Estado sobre los periodistas extranjeros. Es un libro escrito con rigor, con mucha ironía y sentido del humor, donde hay poemas y canciones, sobre todo boleros, con los que los cubanos tratan de exorcizar sus demonios. Parafraseando al poeta Francisco Riverón Hernández, el libro, «nació de mis ojos que han visto las cosas, de mis oídos que escucharon las palabras y de mis manos que han recogido los acontecimientos».

Vicente Botín ha trabajado durante 38 años en Televisión Española, en programas como Informe Semanal y En Portada. Profundo conocedor de Sudamérica, es autor de más de un centenar de reportajes en toda la región. En 1999 fue nombrado corresponsal de la cadena pública en Argentina y los demás países del Cono Sur.
En enero de 2005 y hasta octubre de 2008, fue corresponsal en Cuba, una tarea nada fácil por el estricto control que ejerce la seguridad del Estado sobre los periodistas extranjeros. Nadie desde dentro de la isla puede contar la verdad de lo que allí ocurre. Los corresponsales solo se aproximan a la realidad a través del doble lenguaje y las metáforas, sin perder de vista la raya que traza la autocensura para evitar ser expulsados del país. Este libro, escrito en su mayor parte en La Habana, es una especie de exorcismo con el que Vicente Botín quiere librarse de la frustración de no haber podido contar la verdad de Cuba, al menos toda la verdad.

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Ser culto es el único modo de ser libre. Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
J. Martí

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