viernes, 5 de abril de 2013
La escuadra del almirante Cervera
Querid@s lectores: Aquí me tienen -en mi viernes librero- aprovechando los últimos días de unas mini-vacaciones primaverales; feliz, con mucho amor y rodeado de libros de Historia ¡¡qué más puedo pedir!!
Hoy tengo el placer de presentarles un libro muy querido, infructuosamente buscado en las librerías y felizmente encontrado gracias a Amazon. Es una edición facsímil de un ejemplar publicado por primera vez en 1923. Corresponde a una de las más tristes páginas de la historia de España. Tras la lectura de las conclusiones [procedentes de Wikipedia] que les muestro a continuación, podrán certificar otro de los errores (¡¡horrores!!) históricos producto de la ineptitud de nuestros políticos de aquella época.
Ya ven... ¡¡pasen y lean!!
LA ESCUADRA DEL ALMIRANTE CERVERA
Concas y Palau, Victor María, 1845-1916
Edición -histórica- original:
Librería de San Martín
Puerta del Sol, 6
Madrid. España.
244 páginas.
La escuadra española fue enviada a una guerra perdida de antemano por unos dirigentes políticos que conocían la superioridad del enemigo, pero optaron por no enfrentarse a una población que había sido convencida del triunfo por una prensa irresponsable y sensacionalista, y que no habría permitido que el ejército no actuara ante un ataque contra el territorio nacional (Cuba no era considerada una colonia, sino una provincia más del país; pero tanto legalmente como de hecho era administrada como una colonia). El almirante Cervera y sus subordinados estaban resignados a ir a una guerra perdida en la que probablemente morirían.
Cervera y sus superiores mantenían posturas enfrentadas sobre la forma en que se debía actuar. Cervera acató siempre las órdenes recibidas, pero lo hizo a regañadientes, en el último momento y mostrando su disconformidad. La decisión de Cervera de salir de Santiago a pleno día y pegado a la costa sólo se explica desde el punto de vista humanitario, para tratar de minimizar el número de víctimas en la batalla, lo cual confirma que Cervera daba por perdida la batalla antes de iniciarla.
Esta forma de pensar coincide con su decisión inicial de evitar enfrentarse a la escuadra estadounidense y esperar resguardado en el puerto, lo que resultó indudablemente erróneo y contraproducente, pues de todos modos tuvo que acabar enfrentándose a la flota estadounidense y en una situación infinitamente más desventajosa que en una batalla en mar abierto, pues sus buques tuvieron que salir del puerto y presentar batalla de uno en uno. El puerto de Santiago era aparentemente un buen refugio, pues ofrecía protección a la flota frente a un ataque de fuerzas navales, pero por esas mismas características resultó una ratonera para la flota española.
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Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.
José Martí
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