jueves, 25 de febrero de 2010

Una entrevista a Miguel Barroso

Una breve entrevista con Miguel Barroso
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"No conozco ninguna ambición satisfecha"

Miguel Barroso. Escritor. Acaba de publicar 'Un asunto sensible' sobre los primeros pasos de la Revolución cubana

El autor dice que este no es un libro de denuncia, que sólo trata de gente en situaciones extremas.
Ángel Navarrete / Peio H. Riaño
- Madrid- 23/09/2009


El ex secretario de Estado de Comunicación publica con Mondadori Un asunto sensible, con un subtítulo definitivo: "Tres historias cubanas de crimen y traición".

¿Qué genero le pone a lo que ha escrito?

No sé cómo calificarlo. Es una novela de ideas dentro de una novela histórica, dentro de un thriller. Tampoco es una crónica, hay más licencias de las que se permiten en un periódico. Todo lo que cuento es verdad, pero no cuento toda la verdad.

¿Y qué se ha guardado?

Confidencias impublicables. He manejado mucha documentación que no he utilizado porque no le convenía al relato. No he ocultado nada.

No es un libro complaciente con la Revolución.

No sale mal parada. Tal vez las instituciones sí, pero no es un libro escrito desde la perspectiva contrarrevolucionaria, en absoluto.

Está ambientada en un momento extremo.

Claro, se desarrolla cuando la Revolución pasa de ser una fuerza transformadora a convertirse en una estructura de poder, donde se despliegan estrategias personales, ajustes de cuentas... todos los sentimientos humanos que uno puede encontrar en cualquier otro periodo histórico, en el que se desarrollase una política intensa con un trasfondo de lucha de ideas. No hay que olvidar que la Cuba que analizo fue la trinchera de la Guerra Fría.

¿Cuánta verdad necesita un hombre?

Depende de las ideas. Cuanto más te alejas de la verdad, más te acercas a la traición.

¿Cuánta verdad puede llegar a ofrecer la política?

Tanta como las otras facetas de la vida: tanta como el amor, tanta como la amistad, tanta como el trabajo Existe una reminiscencia religiosa que lleva a la gente a buscar un ámbito de pureza en la política que no reclama para otras facetas de su vida. Pedimos de la política la perfección.

¿Dónde hay más verdad, en un discurso político o en una noticia?

Depende de dónde aparezca la noticia y de quién dé el discurso. Son retóricas diferentes. En Un asunto sensible aparece de todo: hay discursos políticos de verdad y valientes, hay discursos políticos de confusión, hay noticias verdaderas, otras falsas e interesadas

¿De cuál de las dos esperaría más verdad?

Depende de la intención.

La novela se riega de mentiras y personajes que se sirven del engaño y las traiciones. ¿Para qué sirve la mentira?

La mentira puede llegar a ser una patología. Hay quien sólo se relaciona a través de ella, igual que hay traidores vocacionales. Una mentira también puede ser una estrategia para conseguir otros fines. Además, existe el mentiroso vocacional.

¿Qué haría usted en nombre de la revolución?

Estudiarla, acercarme, tratar de entenderla desde las perspectivas de seres individuales. La Revolución es un precipicio en el que todo se acelera. En Cuba todo es más exuberante, y hasta el dominó llega al 9 y no se para en el 6. Las traiciones son mayores, las pasiones son más desatadas. Hay ahí un teatro esperpéntico.

¿Para qué sirve la ambición?

Para frustrarse. No conozco ninguna ambición satisfecha. "No hay una fortuna demasiado grande ni una erección demasiado potente", dijo Billy Wilder. Siempre se quiere más.

¿Qué es capaz de hacer el poder con tal de llevar hasta las últimas consecuencias la ideología?

Creo que casi todo, pero siempre con el freno de los contrapoderes y las instituciones. Al final, la enseñanza es que lo que se conoce como democracia no funda su superioridad tanto en la verdad como en la relatividad de la verdad; es decir, en las verdades. Un poder sin limitaciones puede llegar a lugares inesperados.

El último capítulo se abre con una cita de Víctor Serge sobre el apego sin condiciones al partido.

Se refiere a la dimensión religiosa y trascendente que adopta a veces la adhesión a una idea. Hay gente que puede llegar a sacrificarse por una idea. Y hay personajes de este tipo que aparecen en el libro.

¿Y usted qué sería capaz de hacer por su partido?

¡Yo no tengo partido! Pero sí es cierto que hay quien puede hacer lo más mezquino y quien lo más generoso. Yo no me he visto enfrentado a esa elección, porque procuro comportarme siempre como una persona decente y ya es bastante. Ni héroe ni villano. Los he conocido a los dos, y en la novela aparecen unos cuantos y ninguno es un modelo de referencia, ni ninguno tiene una pizca de disculpa. Tal vez la vida sea así: los malos malos son malísimos y el resto son una combinación de bondad y maldad.

¿Era posible entonces la independencia de los medios de comunicación?

Si se dice que la primera víctima en una guerra es la verdad, en una guerra fría no es una excepción. Las guerras frías se libran con las armas de la mentira. En ese contexto, todas las informaciones dentro y fuera de Cuba encubrían intenciones.

Hoy la independencia se las ve con la ideología y con el mercado

De medios de comunicación actuales no sé nada.

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Ser culto es el único modo de ser libre. Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
J. Martí

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